Los regalos publicitarios mejoran la respuesta de los clientes

En una actualidad tan centralizada en lo virtual como la que vivimos, podría parecer que ciertos elementos de la publicidad estarían quedándose atrás, sustituidos por otros mecanismos más modernos y afines a los tiempos que corren. Sin embargo, si hay algo de lo que no cabe duda, es de la efectividad de los regalos publicitarios, presentes en las estrategias de marketing desde mucho tiempo antes que todos estos nuevos métodos que vemos hoy en día, y todavía efectivos para muchos de los objetivos que una marca puede proyectarse.

El recibir determinados artículos promocionales de una marca sigue siendo un valor sumamente atrayente, utilizable en muchos contextos útiles para una marca y de gran valor a efectos de marketing. Es precisamente en las campañas de marketing mix, cuando las estrategias incorporan estos regalos promocionales ganan su mayor peso: sin descuidar la parte digital, hoy en día ya imprescindible, se continúa aportando un peso tangible a la marca mediante objetos y regalos que, además de poder tener un servicio útil, mostrarán la cara de la empresa en forma de logo, haciéndola corpórea y cercana.

Comparada con otras estrategias, esta siempre incluirá un elemento tan importante como la cercanía y el contacto directo. Las estrategias de marketing digital tienen innumerables ventajas, puesto que han facilitado en gran medida el acercamiento “figurado” de los comercios a sus clientes y han extendido las posibilidades para acceder a nuevos públicos, pero el contacto directo y el cara a cara con los clientes sigue teniendo un valor indudable para una empresa que quiera avanzar en su estrategia promocional. Y no sólo esto; también para mantener a sus clientes y reforzar los lazos que les unen, restando frialdad a la relación entre ambos entes.

¿Dónde podemos desempeñar este tipo de estrategias? Allá donde un negocio quiera promocionar su marca, sobre todo en entornos controlados en los que se está haciendo una labor de imagen y de promoción, donde es de suma utilidad contar con estos artículos. En lugares tales como congresos, ferias y demás eventos que signifiquen una toma de contacto directa entre la marca y el cliente (o potencial cliente), colocar a su alcance regalos que poder llevarse a sus hogares producirá que, directamente, se lleven un pedacito de la imagen de marca que la empresa pretende mostrar.

Hay que tener en cuenta otra opción muy interesante, complementaria a la directa, que es ofrecer otro tipo de regalos por vía virtual; por ejemplo, una empresa puede enviar tarjetas de descuento o manuales específicos, o cualquier tipo de promoción o producto online que pueda resultar de utilidad para los clientes y para hacer que estos se sientan cuidados por la misma. Es una forma de introducir una estrategia que ha probado ser efectiva en el terreno más actual, adaptando parte de ella a los posibles intereses de los clientes vía online, que probablemente generarán una respuesta acudiendo a la página web o aprovechando el regalo.

Elegir un método u otro o complementarlos irá siempre en función de los objetivos de marketing de la marca, así como el tipo de regalo que se escogerá para su difusión. Dependiendo de si la empresa prefiere incidir en la fidelización de los compradores o de si pretende conseguir cierta respuesta para recabar información necesaria para futuras acciones, o incluso si el objetivo gira más entorno a atraer nuevos clientes, será mejor optar por unas formas u otras.

Regresando a los regalos publicitarios típicos, hay que tener en mente que las opciones son muchas y muy variadas, y que algunas pueden funcionar especialmente bien dependiendo del tipo de negocio que emprenda la campaña promocional. Los bolígrafos, a pesar de parecer un objeto algo típico, siguen siendo plenamente efectivos, aunque puede optarse por invertir en opciones que de  seguro, entusiasmarán a los clientes por su usabilidad, como las siempre útiles memorias USB. En función de la marca, se puede ser más original o más clásico en los regalos, pero las posibilidades son muchas: artículos de ropa, tazas, fundas para móviles, paraguas, llaveros… Siempre tendrán en común su potencial práctico y la facilidad para que incorporen el propio logo, estableciendo estímulos por parte del receptor y obteniendo la promoción deseada por parte de la empresa.

Por estas y por otras razones, aunque la publicidad esté derivando cada vez más en modelos digitales, las empresas no deberían olvidar que los regalos publicitarios son un valor agregado muy a tener en cuenta para los clientes, que verán representada la marca en útiles de diferente tipo que, sin duda, les acercarán un poco más a la fidelización.